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Errores al reformar la vivienda.

05Nov 2019

No ceñirnos a un presupuesto inicial o escatimar en la calidad de los materiales son algunos de los fallos más comunes cuando nos embarcamos en la transformación de una vivienda. Solventarlos es más fácil de lo que imaginas; puedes incluso llegar a disfrutar del proceso.

1. No ceñirnos a un presupuesto real
Si no has recibido una cuantiosa herencia ni te ha tocado la lotería, tu presupuesto es como el de la mayoría de los mortales y deberá amoldarse a una cifra cerrada. El primer error que cometemos en una reforma es el de no acotar en el presupuesto inicial hasta el último gasto. Por ello se debe tener en cuenta desde las grandes partidas hasta otras más insignificantes como picaportes o luminarias. Estas últimas son cruciales para que una vivienda resulte práctica y confortable.

Otro error muy común es pedir o bien aceptar modificaciones sobre lo originalmente planteado, sin cerrar la cuantía económica que conlleva. Suele pasar con cambios de pequeñas dimensiones pero que, al sumarse, multiplican el importe.

Lo mismo ocurre cuando pagamos la totalidad del proyecto quedando partidas aún pendientes, bajo un acuerdo informal de arreglarlo más tarde. Los pagos deben dividirse en tres partes; la primera al comienzo de la obra, la segunda durante el transcurso de la misma y el último una vez se hayan finalizado todos los trabajos. Cualquier gasto extra debe estar integrado en una de las tres.

2. No tener en cuenta imprevistos: los ‘por si acaso’ suceden de verdad

Ese "tenemos que hablar" que precede al susto económico ya habitual en el transcurso del programa de los hermanos Scott es más frecuente de lo que pensamos. "Uno de los imprevistos más comunes con los que te puedes encontrar, sobre todo en viviendas antiguas, son los desniveles de techos y paredes. Es algo que no es fácil de detectar y que puede ocasionar un buen susto a la hora de rematar la obra y colocar la carpintería", señala Alba V. Codesido, fundadora del estudio de arquitectura y diseño de interiores Basamenta. Tuberías que se rompen al cambiar azulejos, reforzamientos de estructuras o paredes que precisan doble aislamiento para no escuchar al vecino cada mañana, son otras desgracias que podemos predecir en una reforma.

No es cuestión de adivinar el futuro sino de hacer del refrán "más vale prevenir que curar" nuestra consigna dejando una partida económica para posibles imprevistos que haya que solucionar obligatoriamente. Entre un 10% y un 20% nos permitirá dormir más tranquilos durante el proceso.

3. Anteponer la estética a la funcionalidad

Tener una casa bonita es un sueño comprensible y humano, pero la comodidad debe ser el principio que rija cualquier hogar y que agradecerás mucho a la larga. Una buena carpintería exterior, invertir en calefacción y climatización y, en general, en aislamiento termoacústico, deben ser aspectos fundamentales a tener en cuenta.